EL CAMINO A LA FELICIDAD

La inmoralidad y la deshonestidad están generalizadas, y se extienden. Las líneas de los principios morales que una vez fueron claras son ahora borrosas, y cada día se observan nuevas ambigüedades.

Para revertir esta decadencia moral y restaurar los valores y principios morales esenciales, L. Ronald Hubbard escribió El Camino a la Felicidad: Una Guía Basada en el Sentido Común para Vivir Mejor.

Este código moral de carácter no religioso, puede ser usado por cualquiera, sin importar raza, cultura o credo para fomentar la bondad, la honestidad y las destrezas básicas del vivir.

Publicado ahora en más de 110 idiomas, ha llevado la calma a las comunidades desgarradas por la violencia, la paz a las zonas devastadas por la guerra civil, y el respeto por sí mismo a millones de personas en escuelas, cárceles, iglesias, centros juveniles y comunitarios en cada área del mundo.

Los síntomas de una crisis moral cada vez más intensa están en todas partes. La inmoralidad, la deshonestidad y el crimen se extienden y degradan nuestro mundo. Los índices de intolerancia racial generalizada, la destrucción del medio ambiente y el aumento del crimen se intensifican con la decadencia de los valores morales básicos.

Solo como un ejemplo del vacío moral en expansión, considera el hecho de que las pérdidas financieras internacionales por fraudes ahora son un total de más de 190 mil millones de dólares anualmente, una estadística con una constante tendencia a empeorar.

Considera también que solo en los Estados Unidos hay aproximadamente 1.4 millones de miembros de pandillas activos criminalmente. Añadamos a eso el hecho de que las hostilidades religiosas y la violencia en el mundo, casi se duplicó entre 2007 y 2014, y que 40 millones de niños son objeto de abusos cada año, y solo vislumbras la creciente degradación moral en la Tierra al día de hoy.

La gente de una sociedad en tal estado de enturbulación ni siquiera puede concebir el concepto de la verdadera libertad espiritual, mucho menos dar sus primeros pasos.

Para revertir la decadencia moral y restablecer los valores fundamentales, la IAS suministra la energía para la Operación Calma Planetaria, que se centra en El Camino a la Felicidad. LRH dijo en este libro: “Todo lo que tienes que hacer es mantener ese librito fluyendo en la sociedad. Como un suave aceite que se esparce sobre un mar turbulento, la calma fluirá hacia afuera más y más”.

Publicado en más de 110 idiomas, pasado de ciudadano a ciudadano por paquete, el primer código moral no religioso del mundo ha llevado la calma a las comunidades desgarradas por la violencia, la paz a las zonas devastadas por la guerra civil, y el respeto por sí mismo a millones de personas.

Desde su primera publicación en 1981, más de 110 millones de ejemplares de El Camino a la Felicidad han circulado en todo el mundo. Y donde se pasan de mano en mano, los milagros ocurren a su paso. Solo como un ejemplo, en 2004, las Naciones Unidas describió los conflictos colombianos como “la peor crisis humanitaria en el Hemisferio Occidental”, y así en 2009, comenzó la distribución proporcionada de El Camino a la Felicidad. Desde entonces la policía colombiana ha entregado libritos de El Camino a la Felicidad al 20 por ciento de la población. Los índices de crimen a lo largo de la nación descendieron posteriormente en más de un 50 por ciento.

Para hacer llegar a toda la Humanidad este material que salva vidas, las subvenciones de la IAS hacen posible proporcionar paquetes de información y Paquetes del Educador gratuitos para empresas, escuelas, prisiones y las ramas del ejército, donde los educadores y funcionarios están a menudo desesperados por encontrar soluciones viables a la inmoralidad. El paquete describe la campaña y cómo aplicarla en la sociedad.

Todo esto se hace con un propósito: restablecer la moralidad del ser humano, creando así un mundo de paz y en calma, en el que tengamos la oportunidad de lograr la libertad espiritual.

Trascendiendo todas las culturas y credos, El Camino a la Felicidad proporciona el camino para que todo el mundo logre la verdadera felicidad. Aquí están las declaraciones de aquellos que han experimentado sus resultados milagrosos:

La forma en que me siento respecto a El Camino a la Felicidad es feliz. Porque así debería ser, pero lo hemos olvidado. Se trata de principios de respeto, de amor, de equilibrio y compasión. Y esos principios son universales. Es como un renacimiento que cambia la forma en que te ves a ti mismo, la forma en que puedes ver lo que puedes lograr, lo que puedes ser.

—Cónsul

Trabajé para el Departamento de Justicia, en el sistema federal durante treinta años. Cuando empezamos el programa El Camino a la Felicidad, tuvimos 50 días en Compton sin un solo homicidio. Eso nunca había pasado en nuestra historia. Solía llevar una pistola de 9 milímetros. Ahora llevo el libro de El Camino a la Felicidad.

—Fundador, Programa de Intervención Juvenil

Tuvimos una situación en la cual hubo un enfrentamiento entre la policía y algunos jóvenes. Y la policía comenzó a poner sus escudos anti motines. Pero entonces comenzamos a usar El Camino a la Felicidad. Al instante vimos un cambio, y de hecho los jóvenes se dispersaron.

—Presidente, Pacifistas

Cuando fui a prisión yo no era nada. Cuando salí de la prisión yo era un maestro internacional gracias a El Camino a la Felicidad. Tuve la suerte y la oportunidad de hablar con líderes superiores de organizaciones, empresas e instituciones. Me dieron esa oportunidad..., de escucharme y comprender. Y he ganado sus corazones a través de El Camino a la Felicidad. Me gustaría felicitar a la IAS. Si no fuera por la IAS, no podría distribuir y difundir la verdad de El Camino a la Felicidad a más de 250 000 niños. No podría haber ayudado a más de 10 000 reclusos en nuestros centros correccionales en Sudáfrica. Hoy en día, soy un ser humano. Hoy en día, he cambiado mi vida gracias a la IAS.

—Ex Prisionero

Desde que se puso en marcha El Camino a la Felicidad hemos tenido una reducción de la violencia en la escuela en un 80 por ciento durante el año escolar. También se han reducido las actitudes irrespetuosas hacia los profesores y el lenguaje grosero. Los estudiantes tienden ahora a sentarse, calmarse y pensar en lo que hacen y dar un buen ejemplo. Es una mejora del 100 %.

—Director de Escuela Secundaria, Michigan

Enseñé en las cárceles y los presos a los que enseñaba eran lo peor de lo peor. Eran asesinos, eran ladrones, eran pandilleros. Y estos tipos realmente aceptaban lo que hicieron. Eran receptivos. Pidieron mi clase. No entré ahí con pistolas. Ni con garrotes. Entré con El Camino a la Felicidad.

—Instructor de Correccional

Desde que se implementó este programa en el último año escolar, hemos documentado una disminución en las áreas de comportamiento negativo, en la falta de respeto flagrante y en el comportamiento y actitudes agresivas. Hemos documentado un aumento de tolerancia y respeto mutuo hacia las diferencias individuales de otros, preocupación por los demás, comprensión de la importancia de dar y de la competencia saludable.

—Portavoz, Consejo de la Comunidad Endumeni

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